
Te estraño tanto. Desde el lunar mas escondido de mi cuerpo te extraño, desde los labios secos, desde los dedos muertos, desde el ombligo del mundo, desde el un grito seco y gimiente, te extraño como a la accion catartica de nombrarte, de ponerte y darte nombre, a diario, en un cansado y rutinario recordar ingenuo de la existencia, te extraño y te hecho de menos y te quiero solo para matarte lentamente y en silencio.